lunes, marzo 23, 2009

El hombre que podía retrasar el reloj


Esta es una parábola con dos finales diferentes. Quienes la leáis podéis escoger el final que os parezca mejor.

Hace ya mucho tiempo había un hombre que tenía el poder de retrasar el reloj. Cada vez que se arrepentía de algo que había dicho o hecho podía repetir el hecho en base a la experiencia.
Un día sucedió que el hombre había salido a dar un paseo cuando empezó a llover así que buscó refugio en un granero. A los pocos minutos se le unió una mujer muy hermosa con su perro, que también buscaba refugio. El aguacero duró aproximadamente una hora después el hombre regresó a casa donde le esperaba su esposa y le contó el por qué de su tardanza. Inmediatamente la mujer sospechó del comportamiento de su marido con la joven mujer del granero y le interrogó sobre lo sucedido. El hombre, sorprendido, respondió con tono herido: “¿Por qué? No pasó nada. Fui un perfecto caballero.¿ Qué esperabas? Sobre todo porque tenía aquel enorme perro con ella.”
La mujer se puso furiosa: “ ¿ Qué? ¿Sólo el perro te contuvo!
El hombre se dio cuenta de su error e inmediatamente retrasó el reloj unos minutos e intentó la conversación de nuevo. Esta vez, cuando su mujer le expresó sus sospechas, el respondió: “ Es cierto que la joven era muy hermosa y parecía que yo le gustaba pero mi profundo amor por ti me dio la fuerza para resistir la tentación.”
Sin embargo, con esta respuesta su mujer se puso aún más furiosa. ¿Qué? ¿Querías besarla? Un pensamiento inmoral es tan malo como un hecho inmoral.”

Final 1:

El hombre pasó mucho rato pensando. Tenía que haber algo modo de satisfacer a su mujer. Finalmente retrasó el reloj de nuevo unos minutos. Una vez más su mujer le preguntó por su comportamiento con la hermosa joven. Esta vez él respondió: “¿ Qué? No era hermosa, era feísima. Soy un hombre con buen gusto, por eso me casé contigo cariño.” Cuando su mujer , que, de hecho, era bastante poco atractiva, oyó esto, le abrazó y gritó : “ ¡Te quiero!

Final 2:

El hombre sintió que su maravilloso poder no le había ayudado en absoluto excepto para enseñarle que era imposible satisfacer a su mujer, algo que él siempre había sospechado. Así pues, retrasó el reloj de nuevo, no sólo unos minutos sino unas cuantas horas. Regresó al granero con la hermosa joven.

Mi opción: yo escogería el segundo final sin ninguna duda. ¿De qué nos sirve estar con alguien si siempre tenemos que estar pendientes de sus deseos y nunca de los nuestros? En el amor la balanza entre las dos personas nunca va a estar igualada, siempre hay alguien quien da más pero siempre debe ser dar y recibir, si nos dedicamos a complacer siempre a la otra persona, ¿de verdad es eso amor? ¿Una relación? Si no confían en nosotr@s ¿merece la pena vivir bajo ese yugo? Decididamente no.
(lunes, 27, abril, 2007)

domingo, marzo 15, 2009

Quimera

Hay libros que pasan por nuestras manos y nuestros ojos sin pena ni gloria, sin dejar rastro futuro en la memoria, otros, por el contrario, ya sea por el momento en que los leemos, por su calidad literaria, por su historia o por un sin fin de cosas más, dejan impronta en nuestra memoria. Últimamente he leído uno de esos libros que son "duros" por la historia que narran: el desmoronamiento de la historia sentimental de dos mujeres que mantienen una relación afectiva que va más allá de cualquier regla o principio. Mientras lo leía, el libro me inspiró un relato (Dame placer, te daré la vida) pero también he recogido una serie de párrafos del mismo que cuando menos, hacen pensar sobre la validez o verdad de esos planteamientos:

- El amor jamás, jamás debe darse por sobreentendido. Ni un solo día. Porque ese día podría despeñarse silencio abajo y morir.

- (después de la ruptura) Durante mucho tiempo estuve esperando que volviera a mí. ¿ ¿Por qué iba a negarme esa estúpida esperanza? Es así siempre. Las separaciones son más fáciles cuando se cree en reencuentros que se saben pura quimera. Con esta idea, una sigue adelante como por inercia un tiempo indefinido más. Hasta que se acaba la fuerza - que se termina siempre, desde luego- y sobreviene la instauración de la nueva realidad, inaugurada desde hace tiempo, desde el mismo instante en que el corazón encogido anheló ese futuro reencuentro. Me sigue desangrando su ausencia, su presencia en otro lugar lejos de mí y cerca de alguien que no soy yo. Y saber que no puedo hacer nada y que ni siquiera esperar tiene sentido.

-Los sueños nos alejan de la mediocridad; los castillos que se visitan en el aire son proyecciones, y no exactamente proyectos. Sólo lugares donde poder acudir cuando el mundo nos queda grande. Y es que una, cuando tiene la sensación de vivir la vida de prestado, hace con ella lo que la gente suele hacer con las cosas prestadas: descuidarlas. Se conserva de mala manera hasta que llega el momento de devolverla. “Tome, ya he tenido bastante", podría ser la frase que acompañara la reposición. O, " se la he forrado con papel de embalar para que no se estropeara tanto".

- La pasión debe ser poco atractiva a simple vista, o tal vez esté demasiado cerca del suelo y resulte incómodo agacharse a cogerla, por no decir que quizás está demasiado alta y hay pocos que encuentren la escalera adecuada para llegar hasta ella, pero lo cierto es que resulta una de las emociones menos conocidas. El odio, el deseo, la solidaridad...hay muchos sentimientos corrientes y tal vez es porque encuentran su espacio en la sociedad, porque resultan compatibles con ella. No así la pasión. La pasión arrasa, aniquila, se apodera de todo y no deja lugar para nada más.
- Hace tiempo que he comprendido que nada es otra vez, y que a las cosas y a los lugares no se puede volver ni siquiera volviendo.
- Porque el olvido no es tan sencillo, es toda una ciencia, un esfuerzo palpitando ahí donde la memoria duele, o donde no llega. Un borbotón de sangre, un vacío, un bolsillo agurejeado . Pero luego pasa lo que pasa, y una no sabe cómo borrar justo aquello que desearía enterrar allá lejos. Hay cosas que se quedan grabadas para siempre. No voy a poder deshacerme de la imagen con que su silencio se me ha incrustado en los ojos. Ni voy a intentarlo. Está en este equipaje que no voy a facturar a parte alguna porque me quedo aquí, me planto.
- En fin, que en la vida no pueden usarse chuleta, no pueden hacerse trampas, para el examen hay que saberlo todo o suspendes, aunque a veces una intenta copiar. Copie mil veces: " se perfectamente que yo no soy así", y dígame luego qué piensa de sí misma. Ejercicio número uno. Repítase idéntica serie con el número dos y sucesivos hasta quedar convencida de que no hablaré más en clase ni comeré chicle ni miraré por la ventana ni copiaré en los exámenes pero sí en la vida porque la vida es otra cosa y para sobrevivir haya que imitar y quien no lo hace se pierde y da mal ejemplo y es una manzana podrida que Guillermo Tell atravesó con una flecha y que Newton vio caer del árbol y así nos ha ido después. ¿Se da cuenta? No sirve. Hay que sabérselo todo porque lo demás es un parche y los parches son una ruina. Los remiendos son para cobardes; para mí por ejemplo. No me mire así, el mundo está lleno de cobardes y por eso también de ruidos y no de palabras ininteligibles.

Todas las citas están sacadas del libro Dame placer, de Flavia Company. Hay algunas que comparto y otras que no pero todas me han hecho pensar .
( 8, abril, 2007)
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Hoy, como aquel día, os recomiendo el libro. Es uno de mis favoritos. Muy bueno, muy bien escrito. Os recomendaría que os lo compraseis y lo leyeseis con calma.

miércoles, marzo 11, 2009

Seis cosas que casi nadie sabía de mi

Recojo el testigo de Morgana y acepto el reto de descubrir esas seis cosas que ahora ya todo el mundo sabrá de mi.
Desde hace muchos años tengo la misma rutina matutina para los días de trabajo. Lo primero que hago es desayunar, tomarme mi café con leche, bien cargadito, en taza extra-grande y escuchar música durante unos 20-25 minutos. Tengo unos cds grabados para esas sesiones matutinas de desayuno, no hay ni una balada ni temas lentos, son todos cañeros, de esos que te van poniendo las neuronas a funcionar y que como te gustan te ayudan a empezar el día con una sonrisa.
Siempre llevo encima 2 ó 3 móviles de diferentes compañías y cada uno de ellos está lleno de fotos y videos para cuando echo de menos a alguien poder mirarlos; además los utilizo para escuchar la radio o música cuando viajo trayectos cortos.
Odio salir de casa y dejar la cama sin hacer y la casa revuelta. Tengo todos mis libros, pelis, cds y cualquier otra cosa susceptible de serlo, ordenada por orden alfabético.
Odio que me metan prisa para comer y/ beber así que si alguien va conmigo de copas o a comer fuera tiene que tener paciencia. En casa me gusta poner bien la mesa y comer también despacio y bien.
Me encanta pasear por las ciudades y descubrir sitios a donde volver otro día. Me relaja. También me gusta mirar los edificios y las zonas. Es como un juego, si me cambiara de casa me iría a vivir a...
Siempre tengo que llevar toda mi ropa combinada.
Supongo que hay unas cuantas más que se podrían contar pero creo que seis son suficientes para darme cuenta de que tengo unas cuantas manías. A ver quién se anima a recoger el testigo. Feliz lunes a todas.
( publicado el lunes, 2. abril, 2007)
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Poco después me compré un Ipod que llevo a todos sitios y bueno, quizás lleve 3 ó 4 móviles encima y haya sustituido la cámara del móvil por una cámara compacta, pero básicamente sigo siendo igual con ciertas rutinas...