domingo, marzo 15, 2009

Quimera

Hay libros que pasan por nuestras manos y nuestros ojos sin pena ni gloria, sin dejar rastro futuro en la memoria, otros, por el contrario, ya sea por el momento en que los leemos, por su calidad literaria, por su historia o por un sin fin de cosas más, dejan impronta en nuestra memoria. Últimamente he leído uno de esos libros que son "duros" por la historia que narran: el desmoronamiento de la historia sentimental de dos mujeres que mantienen una relación afectiva que va más allá de cualquier regla o principio. Mientras lo leía, el libro me inspiró un relato (Dame placer, te daré la vida) pero también he recogido una serie de párrafos del mismo que cuando menos, hacen pensar sobre la validez o verdad de esos planteamientos:

- El amor jamás, jamás debe darse por sobreentendido. Ni un solo día. Porque ese día podría despeñarse silencio abajo y morir.

- (después de la ruptura) Durante mucho tiempo estuve esperando que volviera a mí. ¿ ¿Por qué iba a negarme esa estúpida esperanza? Es así siempre. Las separaciones son más fáciles cuando se cree en reencuentros que se saben pura quimera. Con esta idea, una sigue adelante como por inercia un tiempo indefinido más. Hasta que se acaba la fuerza - que se termina siempre, desde luego- y sobreviene la instauración de la nueva realidad, inaugurada desde hace tiempo, desde el mismo instante en que el corazón encogido anheló ese futuro reencuentro. Me sigue desangrando su ausencia, su presencia en otro lugar lejos de mí y cerca de alguien que no soy yo. Y saber que no puedo hacer nada y que ni siquiera esperar tiene sentido.

-Los sueños nos alejan de la mediocridad; los castillos que se visitan en el aire son proyecciones, y no exactamente proyectos. Sólo lugares donde poder acudir cuando el mundo nos queda grande. Y es que una, cuando tiene la sensación de vivir la vida de prestado, hace con ella lo que la gente suele hacer con las cosas prestadas: descuidarlas. Se conserva de mala manera hasta que llega el momento de devolverla. “Tome, ya he tenido bastante", podría ser la frase que acompañara la reposición. O, " se la he forrado con papel de embalar para que no se estropeara tanto".

- La pasión debe ser poco atractiva a simple vista, o tal vez esté demasiado cerca del suelo y resulte incómodo agacharse a cogerla, por no decir que quizás está demasiado alta y hay pocos que encuentren la escalera adecuada para llegar hasta ella, pero lo cierto es que resulta una de las emociones menos conocidas. El odio, el deseo, la solidaridad...hay muchos sentimientos corrientes y tal vez es porque encuentran su espacio en la sociedad, porque resultan compatibles con ella. No así la pasión. La pasión arrasa, aniquila, se apodera de todo y no deja lugar para nada más.
- Hace tiempo que he comprendido que nada es otra vez, y que a las cosas y a los lugares no se puede volver ni siquiera volviendo.
- Porque el olvido no es tan sencillo, es toda una ciencia, un esfuerzo palpitando ahí donde la memoria duele, o donde no llega. Un borbotón de sangre, un vacío, un bolsillo agurejeado . Pero luego pasa lo que pasa, y una no sabe cómo borrar justo aquello que desearía enterrar allá lejos. Hay cosas que se quedan grabadas para siempre. No voy a poder deshacerme de la imagen con que su silencio se me ha incrustado en los ojos. Ni voy a intentarlo. Está en este equipaje que no voy a facturar a parte alguna porque me quedo aquí, me planto.
- En fin, que en la vida no pueden usarse chuleta, no pueden hacerse trampas, para el examen hay que saberlo todo o suspendes, aunque a veces una intenta copiar. Copie mil veces: " se perfectamente que yo no soy así", y dígame luego qué piensa de sí misma. Ejercicio número uno. Repítase idéntica serie con el número dos y sucesivos hasta quedar convencida de que no hablaré más en clase ni comeré chicle ni miraré por la ventana ni copiaré en los exámenes pero sí en la vida porque la vida es otra cosa y para sobrevivir haya que imitar y quien no lo hace se pierde y da mal ejemplo y es una manzana podrida que Guillermo Tell atravesó con una flecha y que Newton vio caer del árbol y así nos ha ido después. ¿Se da cuenta? No sirve. Hay que sabérselo todo porque lo demás es un parche y los parches son una ruina. Los remiendos son para cobardes; para mí por ejemplo. No me mire así, el mundo está lleno de cobardes y por eso también de ruidos y no de palabras ininteligibles.

Todas las citas están sacadas del libro Dame placer, de Flavia Company. Hay algunas que comparto y otras que no pero todas me han hecho pensar .
( 8, abril, 2007)
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Hoy, como aquel día, os recomiendo el libro. Es uno de mis favoritos. Muy bueno, muy bien escrito. Os recomendaría que os lo compraseis y lo leyeseis con calma.

4 comentarios:

Ico dijo...

¿ Por qué las mujeres siempre somos tan intimistas en las novelas? Tú me preguntabas por qué las ventanas como símbolo del amor? te la devuelvo en esta pregunta: ¡¿Por qé los sentimientos tan patentes en las novelas de mujeres...' echo de menos una novela social, crítica, de aventuras.. no sé.. ¿sólo nos sentimos seguras en esa disección de los sentimientos amorosos...? Aún así, aunque me suene a repetido en mil novelas la leeré..

Lucía dijo...

Me gusta, quizás me lance a leerlo, aunque entre medias tengo que temrinar uno de princesas que dejé a medias antes de irme de vacaciones.

N3 dijo...

Me han gustado las citas que has escogido (salvo la kilométrica, en la que me he perdido diez veces). Sobre todo la primera y la segunda, gracias por la recomendación.

Respondiendo a lco, quizá sea porque son los temas más presentes en el pensamiento o la inquietud habitual, y por más que pasa el tiempo y proliferan las conclusiones, la emocionalidad sigue moviendo (en gran parte) a las personas.

Saludos.

Ana Jaka dijo...

Acabo de leer este libro y me parece absolutamente genial. Tanto, que he rastreado la red buscando a alguien que también lo hubiera leído para compartirlo. De esos libros de los que sacas una cita detrás de otra...
A mi me pirran los libros psicológicos y de sentimientos, qué le voy a hacer, los escriban hombres (haberlos haylos) o mujeres.