lunes, noviembre 10, 2008

Desordenadamente ( 16 - mayo 2006)


Cada mañana necesito media hora para mí, sin que me moleste nadie, para desayunar escuchando la radio o música en el mp3.
En ese rato mi cerebro empieza a despertar y mi cuerpo se va desentumeciendo. Esa media hora me sirve para relajarme mientras organizo mentalmente el día, que suele ser largo y sin tiempo de pausas.
De repente lo que yo sentía dejó de ser lo que tú sentías y en ese cruce cada cual seguimos nuestro camino alejándonos cada vez más.Ahora los días son eternos y las noches aún más, lo triste más triste y no tengo ganas de escuchar música para no encontrar tus canciones entre las mías. No camino por los sitios por donde caminé contigo para no encontrarte. Imagino cómo estarás en tu nueva vida y te voy olvidando desordenadamente.
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Supongo que cada persona tiene su ritmo y su reloj corporal, el mío no es nada matutino, me cuesta muchísimo madrugar y hacer la cosa más nímia por la mañana. Las rutinas me ayudan a ir pasando esas primeras horas hasta que todas mis neuronas se ponen a funcionar. Del resto de tropiezos ya no hay nada y no hay nada que imaginar. Aunque sea un tópico, hay que darle tiempo a las cosas.

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